Y quise dormir cansada y nunca pude… ¿Por qué no me voy al infierno de una buena vez?
Al borde del llanto, escribo.
Que lo extraño, no dejo de pensar en él… ¿Sabes a quién me refiero con él? Sí… a él… [Nunca pondré el nombre, porque corro el riesgo de que cuando me decida realmente a ser atropellada por el camión más bonito, tenga este cuaderno en la mochila y se sepa de quién estoy hablando] ése día está muy cerca [No lo suficiente como para alarmarse]
¡¡Te extraño!! Desde aquel desdichado día [me retracto: tarde] no dejo de soñar con el momento en el cual me pidas para salir un ratito y decirme: ¿Cómo estás?
Sueño demasiado. No sucedió mientras debió suceder, mucho menos ahora, que tengo menos 200% de probabilidades de que pase algo… [Si ni un “hola” me dices cuando por error nos encontramos]
Es que yo… te quise, te quiero, y no sé si seguiré haciéndolo. Ya no pude. Ya no puedo. Ya no creo poder.
Fue tan fuerte… pero… “todo tiene su final, nada dura para siempre”
Si crees que yo pinté altaneras por toda la ciudad, sigue creyéndolo y no puedo hacer nada por evitarlo. Algo sí es cierto: aquello que viste, no lo hice yo, mucho después, sí… pero la pinta que viste, no.
No quiero verte para probar lo que digo, no quiero que no-te enteres… cuando te des cuenta de las demás…
Tampoco maldigo la hora en la que las viste, no fue motivo suficiente para terminar…
Hubo otras cosas más… ¿Cuáles? Ya no importan. No vamos a volver… nunca. Aunque yo quiera. Aunque yo muera, por regresar…
Te juro que intenté olvidarte, intento de hacerlo. *¡Tengo motivo suficiente para lograrlo! ¿Sabes cuál? Éste: para ti, no sirvo de nada más que para [al parecer] hacer pintas.
Es que, yo era la imperfección hecha carne en tu cabeza. No voy a poder entender esta parte, jaja. Según yo, fui perfecta mientras estaba contigo, aclaro, no solo contigo, también con el resto de mi mundo. ¿Cómo es realmente el ser imperfecta, creyendo serlo? ¡Quién sabe! ¿A quién le importa?
Intento que a mí no, pero imaginando lo que pudo haber sido si no te enteraras de mis no-errores; me siento mal, confundida, ¡SOLA!...
¿Qué pasa si algún día esto llega a tus manos? [% de probabilidades: una entre ninguna] ¿Cómo reaccionarías? Dándote cuenta de que esta pobre niña sigue tras de ti, que nunca pudo olvidarte, que todavía te extraña sin motivo claro; mientras tú tienes muchas ilusiones [no digo nuevas, porque no me incluyo en ninguna de las pasadas] yo te tuve en mi mente desde que tú me ignoras, a cada momento en el que tú no sabes si existo o no.
En este momento, no sé exactamente como me siento. Te quiero con el corazón, mas no con la cabeza.
Intento olvidarte, y a cada que lo logro, sucede lo inevitable: la dichosa mención de tu honorable nombre con el respectivo aluvión de flores.
Pregúntame si te quiero y te extraño, obtendrás la siguiente respuesta siempre: “Desde el último día y beso que te di”.
¿Comprendes la situación? ¡Ofréceme una solución! ¿Es que no entiendes que te quiero un montón; como de aquí a Plutón?
¡Todavía te quiero! Y eso es lo peor. Tengo mucho miedo de que llegues a encontrar a un alguien de quien te enamores y yo pueda perder las pocas esperanzas que conservo de volver contigo. Tengo miedo y por ese miedo, estoy al borde del llanto, si fueran las condiciones y lugar requeridos, lo haría... lastimosamente el mundo no puede enterarse de mis males, y no lo hará… no puede porque yo no daré motivo alguno para que lo haga. Paradójicamente, ¡Necesito de la escucha de alguien!
A quién engaño [Con lo bien que sé mentir, al mundo entero probablemente] si yo todavía te quiero y pienso… pero a ti no te importaría ni un pimiento lo que digo, escribo, pienso. No me quiero quedar a esperar sentada algún indicio de que quieras volver. No puedo.
Necesito de alguna vida activa, de tal manera que en mi pensar no estés en un 90% de tiempo [aclaro: el resto procuro pensarlo en no tropezarme con un sapo y así mi maldición termine en eres y serás totalmente desdichada] si no en el 9% por lo menos [pidiendo mucho]
Pero, además de sentarme, ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo te digo que te quiero y muero por verte? Sin que por tu hermosa cabeza [y vaya que es hermosa] pase la siguiente frase: “Eres detestable, no quiero verte ¿Qué no comprendes?”. ¿No se te pasó por la mente que te quiero y te extraño mucho? –Cosa de la cual no puedes enterarte, no quiero que lo hagas-.
Lastimosamente, aquí estoy, sentada y esperando alguna imposible llamada tuya, ¿mensaje?
Nada me constaría llamarte y pedirte que nos veamos [Nada además de la poca dignidad y orgullo que guardo] ¡Pero no debo! ¡No debo! Quién mejor que tú para sacarme de esta crisis interminable.
Pero tú eres una opción escondida en lo más recóndito de mis buenos recuerdos, y paradójicamente, la que atrae a los peores; la imposible de utilizar.